Viernes 1 de septiembre de 2023
Bajo un cielo despejado en Ulán Bator y entre las vastas estepas de Asia Central, el Santo Padre llegó al Aeropuerto Internacional de Chinggis Khaan a las 9:52 de este viernes 1º de septiembre (las 03:52 en Roma).
Había salido desde Fiumicino a las 18:41 del jueves 31 de agosto. El trayecto duró unas 9 horas y 30 minutos y se recorrieron unos 8.278 kilómetros. Francisco, el primer Papa que pisa suelo mongol, fue recibido por la ministra de Relaciones Exteriores, Battsetseg Batmunkh, mientras una joven mongola con traje tradicional le ofrecía una taza de yogur seco.
El Obispo de Roma fue recibido por una guardia de honor antes de dirigirse a las salas del aeropuerto para mantener un breve encuentro con la jerarca. A continuación, el Pontífice partió hacia la Prefectura Apostólica, situada a unos cincuenta kilómetros, en la parte sur de la capital. Allí se alojará durante su estancia en la nación.
Como es tradición, el Santo Padre envió telegramas a los jefes de Estado de los 11 países que sobrevoló: empezando por la propia Italia y siguiendo por Croacia, Bosnia y Herzegovina, Serbia, Montenegro, Bulgaria, Turquía, Georgia, Azerbaiyán, Kazajistán y China. A la salida del aeropuerto internacional Leonardo da Vinci de Fiumicino, en la gran Roma, Francisco envió un telegrama al presidente de Italia, Sergio Mattarella, que estaba a punto de "dejar Italia para realizar la primera visita de un obispo de Roma a Mongolia, para encontrarse con ese noble pueblo y con la pequeña pero viva comunidad católica".
El saludo al pueblo italiano iba acompañado de "los mejores deseos de un fecundo compromiso por el bien común y una plegaria a Dios para que sostenga a cuantos trabajan en iniciativas de solidaridad". Los otros telegramas fueron dirigidos en inglés, el primero al Presidente de la República de Croacia, Zoran Milanović, en Zagreb.
Francisco recordó con alegría la reciente visita del Jefe de Estado al Vaticano y aprovechó la ocasión para invocar bendiciones sobre la nación, rogando a Dios que conceda "sus dones de paz y alegría".