Martes 1 de octubre de 2024
Durante la procesión, los devotos portaron banderas y pañuelos en honor a la Virgen, elevando oraciones y cantos por la paz y unidad en Chile. La manifestación de fe recorrió las principales calles del centro de la ciudad, en un ambiente de devoción y esperanza en el futuro del país.
Integrantes de la que llamamos "marea celeste" en el frontis de la Catedral de Santiago
En su homilía al finalizar la caminata, Monseñor Chomali comparó la situación actual de Chile con la boda de Caná: “Hoy en Chile pasa lo mismo que en la boda sin vino. El mundo parece estar lleno de violencia, corrupción, miedo, indiferencia y pobreza. Es una boda sin alegría, sin prosperidad. Pero como María, no podemos resignarnos, mirar desde el balcón o quedarnos en la teoría. Debemos acudir a Jesús y hacer lo que Él nos dice. Solo Él puede transformar nuestra realidad, llenar las tinajas de desesperanza y convertirlas en esperanza, paz y fraternidad.”
Monseñor también hizo un llamado a no excluir a Dios de los proyectos sociales, afirmando que “Todo proyecto que excluye a Dios está destinado al fracaso. La solución no está en más teorías o en abandonar el barco, sino en seguir el ejemplo de María. Llenemos nuestras vidas y nuestras sociedades con lo que tenemos, aunque sean tristezas, violencias o egoísmos, y confiemos en que solo Cristo puede transformarlas en paz, diálogo y solidaridad. Hoy más que nunca, necesitamos hacer lo que Él nos diga.”
Los asistentes expresaron su emoción por participar de esta significativa tradición. Claudia, quien viajó desde el sur, comentó: “Hola, soy Claudia y desde el sur vengo a rezar por la Virgen y acompañar aquí a todas las personas que creen lo mismo que creo yo.” Gabriela, otra fiel, agregó: “Hola, mi nombre es Gabriela y bueno, estoy participando de la procesión de la Virgen del Carmen para vivir todo junto a la fe como Iglesia.”
Un padre, acompañado de sus hijos Nicolás y Sofía, también compartió su experiencia: “Estamos acá en la procesión de la Virgen del Carmen, estamos muy contentos. Estamos con Nicolás y con Sofía.” El pequeño Nicolás añadió: “Está muy hermosa, muy buena, y venimos acá para ver a la Virgen y ojalá un Chile más unido y que paren las guerras, para que en el futuro de Chile no haya peleas.”
La jornada culminó con una solemne eucaristía en la Catedral Metropolitana, donde los asistentes se unieron en oración para pedir por la protección de la Virgen del Carmen sobre Chile y sus habitantes.
La procesión de la Virgen del Carmen es una tradición profundamente arraigada en el corazón de los chilenos, y este año, bajo la guía de Monseñor Chomali, se vivió con una especial renovación de fe y esperanza por el futuro del país.
Texto de Nazareth Quezada, periodista del Arzobispado de Santiago.
