Viernes 12 de abril de 2019
Los judíos tomaron piedras para apedrear a Jesús. Entonces Jesús dijo: «Les hice ver muchas obras buenas que vienen del Padre; ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?». Los judíos le respondieron: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino porque blasfemas, ya que, siendo hombre, te haces Dios». Jesús les respondió: «¿No está escrito en la Ley de ustedes: “Yo dije: Ustedes son dioses”? Si la Ley llama dioses a los que Dios dirigió su Palabra –y la Escritura no puede ser anulada– ¿cómo dicen: “Tú blasfemas”, a quien el Padre santificó y envió al mundo, porque dijo: “Yo soy Hijo de Dios”? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean; pero si las hago, crean en las obras, aunque no me crean a mí. Así reconocerán y sabrán que el Padre está en mí y Yo en el Padre»: Ellos intentaron nuevamente detenerlo, pero Él se les escapó de las manos. Jesús volvió a ir al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan Bautista había bautizado, y se quedó allí. Muchos fueron a verlo, y la gente decía: «Juan no ha hecho ningún signo, pero todo lo que dijo de este hombre era verdad». Y en ese lugar muchos creyeron en Él.
Palabra del Señor