Lunes 14 de junio de 2021
En el texto, el Papa recuerda las críticas de Judas por el hecho de que una mujer derramara sobre Su cabeza un perfume muy valioso, que valía unos 300 denarios, una suma -dice el apóstol traidor- que se podía dar a los pobres.
En realidad, señala el evangelista Juan, «Esto no lo dijo porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón y, como tenía la bolsa del dinero en común, robaba de lo que echaban en ella» (12,5-6).
Francisco subraya con fuerza: “quienes no reconocen a los pobres traicionan la enseñanza de Jesús y no pueden ser sus discípulos”. Los pobres - observa - están “en el centro del camino de la Iglesia”.