Miércoles 16 de junio de 2021
El Santo Padre enfatizó que “los Evangelios testimonian cómo la oración de Jesús se hizo todavía más intensa y frecuente en la hora de su pasión y muerte”, asegurando que estos sucesos culminantes constituyen el núcleo central de la predicación cristiana, el kerygma: “esas últimas horas vividas por Jesús en Jerusalén son el corazón del Evangelio no solo porque a esta narración los evangelistas reservan, en proporción, un espacio mayor, sino también porque el evento de la muerte y resurrección arroja luz sobre todo el resto de la historia de Jesús”.
Francisco después ha explicado que Jesús no fue “un filántropo” que se hizo cargo de los sufrimientos y de las enfermedades humanas: “fue y es mucho más” dice el Papa.