Lunes 29 de noviembre de 2021
El deseo de reavivar el espíritu de Aparecida y en el horizonte del Jubileo Guadalupano en 2031 y el Jubileo de la Redención en el 2033, la Asamblea Eclesial de América Latina emitió un mensaje donde se recoge lo vivido desde el 21 de noviembre en un evento inédito e histórico.
Leído por Mons. Miguel Cabrejos, el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), comienza confesando que es “Jesucristo Resucitado quien nos ha convocado una vez más” para así “comunicar por desborde de alegría el gozo del encuentro con Él, para que todo tengamos en Él vida plena”, como nos dice Aparecida.
La Asamblea ha sido vivida, tal como recoge el escrito, “una verdadera experiencia de sinodalidad, en la escucha mutua y en el discernimiento comunitario de lo que el Espíritu quiere decir a su Iglesia”. Desde la “poliédrica diversidad”, los participantes de la Asamblea se han “vuelto hacia las realidades que vive el continente, en sus dolores y esperanzas”.
El texto constata y denuncia dolores “de los más pobres y vulnerables que sufren el flagelo de la miseria y las injusticias”; también “el grito de la destrucción de la casa común” y la “’cultura del descarte’ que afecta sobre todo a las mujeres, los migrantes y refugiados, los ancianos, los pueblos originarios y afrodescendientes”.
“La sinodalidad es el camino”, se lee en la misiva, subrayando que “no es una moda pasajera o un lema vacío”. El texto concluye que este ideal debe ser llevado a las comunidades, a las bases.