Jueves 12 de mayo de 2022
“No invasores, no destructores, no usurpadores, sino trabajadores bien dispuestos, instrumentos para conocer mejor el mundo y la belleza de su diversidad", es lo que se lee en un nuevo y sentido llamamiento para cambiar el enfoque y la percepción de los "hermanos" migrantes, realizado por el Papa en su Mensaje para la 108ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que se celebrará el próximo 25 de septiembre.
"Construir el futuro con los migrantes y los refugiados" es el título del documento, firmado en San Juan de Letrán el pasado 9 de mayo, pero que se ha hecho público hoy, en el que el Pontífice entrelaza su examen del fenómeno migratorio -que sigue siendo de actualidad y se ha hecho más urgente por la guerra de Ucrania- con pasajes bíblicos de los Profetas y del Evangelio.
Para que reine esta "maravillosa armonía", escribe el Papa, es necesario "acoger la salvación de Cristo, su Evangelio de amor, para que se eliminen las desigualdades y discriminaciones del mundo presente". "Nadie debe ser excluido", reitera el Papa Francisco con letras claras en el Mensaje.
En efecto, el proyecto de Dios es "esencialmente inclusivo" y "sitúa en el centro a los habitantes de las periferias existenciales". Por lo tanto, migrantes, refugiados, desplazados, víctimas de la trata.