Miércoles 26 de octubre de 2022
Con ocasión de los 400 años del Convento de San Francisco de la Alameda, este domingo 23 de octubre la Provincia Franciscana de la Santísima Trinidad de Chile inició un Año Jubilar. La eucaristía de inicio de las celebraciones jubilares fue presidida por el cardenal Celestino Aós, Arzobispo de Santiago y concelebrada por Monseñor Alberto Ortega, Nuncio Apostólico en Chile, y fray Carlos Paz, ofm, Ministro Provincial de los Hermanos Franciscanos en Chile.
“Este día alabamos a Dios por las maravillas que ha realizado en nuestra historia y por los 400 años del Convento de San Francisco, cuna de la presencia franciscana en Chile y que de manera ininterrumpida, los hermanos menores han residido en este Convento, además han sido custodios de la imagen de la Virgen del Socorro, patrona de nuestra ciudad, con un servicio a los más pobres a través de los comederes solidario, la pastoral parroquial y el testimonio de vida que hace que el carisma de San Francisco siga teniendo vigencia en el corazón de nuestra ciudad”. Con estas emotivas palabras de parte del animador de la celebración, los fieles se reunían en la plazoleta, frente de la Iglesia San Francisco de la Alameda, para ser testigos de este importante hito jubilar para la Orden Franciscana.
Cabe consignar, que el Templo San Francisco de la Alameda comenzó a construirse en el año 1572, 19 años después de la llegada de los primeros franciscanos en el año 1553 - y fue consagrado en el año 1579, concluyéndose definitivamente en 1618. Al terminarse la construcción de la Iglesia, prosiguió la construcción de dos grandes claustros hechos de cal y ladrillo, concluidos en 1623.
En sus primeras palabras dirigidas a la multitud de fieles que se dieron cita para participar de la inauguración del Año Jubilar, el arzobispo de Santiago expresó el significado profundo del regalo del tiempo de Jubileo que el Papa Francisco ha concedido:
“Queridos hermanos y hermanas, con la mirada fija en Jesús y en su rostro misericordioso, el Santo Padre, ha inaugurado el Año Jubilar de este Convento de San Francisco de la Alameda que abre para todos nosotros y para la humanidad entera la puerta de la misericordia de Dios. En comunión con la Iglesia universal, esta celebración inaugura solemnemente el Año Jubilar para nuestra iglesia diocesana, preludio de una profunda experiencia de gracia y de reconciliación. En este lugar nuevamente se escuchará la voz de San Francisco de Asís: “Hermanos míos, ¡quiero enviarlos a todos al paraíso!”, se escuchó exhortar a al arzobispo Aós.